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Cinco Pasos para Sentirte en Paz Contigo Mismo y Tomar Decisiones que Respeten tu Proceso

En la terapia de recuperación de una adicción, encontrar la paz interior puede parecer un objetivo muy que muy lejano, incluso imposible en ocasiones. Pero alcanzar un estado de tranquilidad mental y de aceptación puede ser la clave que ayude a pasar todo el proceso. En los cincos pasos que vamos a dejar, te damos todas las herramientas prácticas y reflexivas para reducir el ruido mental, hacer las paces contigo mismo y dar espacio a la calma que muchas veces necesitamos para avanzar y lograr el objetivo que quieres, lograr la recuperación y mantenerte sobrio.

 

Reconoce el Sobrepensamiento y Su Impacto en Ti Mismo

¿Te pasa que, muchas veces, estás atrapado en tus propios pensamientos? 

Constantemente te preocupas por lo que otros piensan o dudas de cada decisión que tomas. 

Esto sucede porque, en la mente, pequeños problemas se transforman en grandes montañas que ocupan demasiado espacio. Es fácil confundir los pensamientos con la realidad y perderse entre preocupaciones sobre el pasado (“¿qué habría pasado si…?”) o miedos sobre el futuro (“¿y si me quedo solo?”).

Al tomar conciencia de este hábito, es posible empezar a observar cuándo nuestra mente nos lleva a estos laberintos. Aceptar que es normal sobrepensar y que incluso forma parte de la condición humana nos ayuda a verlo con perspectiva. 

Nuestros abuelos, por ejemplo, vivían en un mundo menos saturado de información y estímulos, lo que les permitía vivir con menos distracciones y en un estado más centrado. Hoy, vivimos expuestos a una cantidad de estímulos mucho mayor, lo que nos lleva a vivir más en la mente que en el presente.

La próxima vez que te veas inmerso en estos pensamientos, intenta recordar que no tienes que seguirlos. Practicar el reconocimiento de este patrón de sobrepensamiento es un primer paso clave para empezar a soltarlos y dar espacio a un estado de paz.

 

Vive en el Presente: Enfoca Tu Atención en el Aquí y Ahora

Gran parte de la ansiedad proviene de estar atrapados en pensamientos del pasado o el futuro. Nuestras cabeza es un caos cuando estamos enfrentando esta etapa de ansiedad, por eso para contrarrestar estos momentos, necesitamos un enfoque práctico es centrar nuestra atención en el presente. Es simple, pero no fácil, ya que implica redirigir constantemente la mente a lo que está sucediendo ahora mismo.

Puedes empezar con algo tan sencillo como notar qué sucede dentro de ti en este momento. Tómate unos segundos para observar lo que sientes y para conectar con lo que te rodea, sin juzgarlo. En mi experiencia, este hábito puede ser transformador. 

Comienza por prestar atención a objetos simples o situaciones cotidianas y observa el efecto que tienen en ti. Esta práctica de consciencia ayuda a distinguir lo que realmente nos trae paz y lo que, en cambio, agita nuestra mente.

Con el tiempo, aprenderás a enfocarte en el presente como un refugio, un espacio donde los miedos y ansiedades sobre el “qué pasará” o el “qué dirán” pierden fuerza. Vivir en el aquí y ahora nos recuerda que, a veces, el momento presente es lo único real y tangible que tenemos, y es ahí donde puede nacer la paz.

 

Practica la Gratitud como Herramienta para el Crecimiento Personal

Sentirse agradecido puede sonar como un cliché, pero en el proceso de recuperación, la gratitud puede convertirse en un ancla, una herramienta poderosa para sobrellevar momentos difíciles. 

Todos enfrentamos situaciones que parecen más de lo que podemos manejar. Sin embargo, he descubierto que incluso en las pruebas más duras hay oportunidades para aprender y crecer. Pensadores como Marco Aurelio ya lo decían: “me apiado de quienes no han sufrido, pues no han tenido la oportunidad de conocerse a sí mismos”.

Cada experiencia, incluso las negativas, nos permite transformarnos. Alguien o algo te irrita, te hace sufrir o te hace dudar; en lugar de verlo como un enemigo, prueba a mirarlo como una oportunidad para volverte más consciente de quién eres. Agradecer esos momentos, por difíciles que sean, te da el poder de aceptarlos sin rechazo, integrarlos y aprender de ellos.

La gratitud puede ser el camino para transformar el dolor en algo valioso y para encontrar paz en medio de las dificultades. Agradece cada experiencia como un maestro en el camino hacia la recuperación.

 

Libérate de la “Basura Mental” y Elige Tus Estímulos

Nuestra mente es como una esponja que absorbe de todo: noticias, conversaciones, redes sociales, opiniones. Sin darte cuenta, esto forma parte de lo que piensas y sientes a diario. Uno de los pasos más importantes para encontrar paz interior es, justamente, aprender a limitar los estímulos y hacer espacio en la mente.

Intenta eliminar al menos una fuente de ruido mental cada día. Puede ser pasar un tiempo sin el teléfono, alejarte de redes sociales o evitar noticias que sabes que te afectan. 

Cuanto más puedas reducir los estímulos innecesarios, más claridad y paz ganarás. Es un hábito que cuesta al principio, pero que libera la mente de cargas adicionales y permite que vuelvas a conectarte con tu verdadera esencia.

Además, toma tiempo para hacer cosas fuera de lo común, algo que rompa con tus patrones habituales. Esto podría ser hablar con alguien que no conoces, hacer una actividad diferente, algo que saque tu mente de su rutina. Estos pequeños cambios pueden ayudarte a crear nuevas perspectivas y a ver las cosas desde una óptica fresca.

 

Acepta la Vida Como Es: Ríndete al Proceso

Muchos de los pensamientos que nos atormentan surgen de una resistencia profunda a lo que está sucediendo. Nos preguntamos “¿por qué a mí?” o “esto no debería estar pasando”. Sin embargo, a veces la paz surge precisamente cuando dejamos de luchar contra la vida y aceptamos lo que es, sin condiciones.

Esta idea de “rendirse” no significa resignación o pasividad. Al contrario, implica abrirse a la experiencia de la vida, aceptarla tal como viene y dejar que los pensamientos y las emociones fluyan sin intentar controlarlos. En lugar de ver lo que sucede como bueno o malo, intenta aceptarlo y observarlo desde la calma. Si una situación ha llegado a ti, es porque hay un mensaje, una enseñanza.

Personalmente, he encontrado en esta aceptación una de las claves más grandes para encontrar paz. Cuando dejo de juzgar lo que está sucediendo y simplemente lo vivo como algo que tenía que suceder, incluso el dolor y el sufrimiento adquieren otro sentido. Al final, no son los pensamientos o las emociones las que importan, sino la capacidad de recibirlos, integrarlos y dejarlos ir.

 

Encontrando la Paz Contigo Mismo

Encontrar paz contigo mismo durante un proceso tan desafiante como la recuperación de una adicción no es fácil, pero es posible. Estos cinco pasos son herramientas que puedes utilizar cada día para ir dejando atrás el ruido, el miedo y las dudas, y reconectar con un estado de serenidad. Sobre todo, recuerda que la paz no es un destino final, sino un proceso diario que construimos con pequeños actos de consciencia y aceptación. Con paciencia y práctica, puedes crear un espacio de tranquilidad en el que el presente, tal como es, sea suficiente.