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¿Cómo hablar con mi hijo sobre las drogas?

Este es un tema que a muchos padres les trae muchas dificultades, pero esto es algo cotidiano en nuestras terapias, todos los padres que llegan siempre repiten esta pregunta.

Por esto estamos aquí hoy, para que ustedes puedes tener herramientas para abordar este tema, para que tengan la capacidad de darle formación a tus hijos y no quedar en blanco cuando llega le momento, ya sea por las dudas de tu hijo o cuando observas que por seguridad, es mejor tener la conversación con tu hijo.

Aquí no pretendemos ser virales con esto, queremos prevenirte a ti y a tu hijo, queremos enseñarlos a llevar mejor este tema tan duro.

Como padres, no siempre sabemos cómo abordar este tema sin causar incomodidad o cerrar las puertas a la comunicación. Sin embargo, una conversación abierta, empática y bien planificada puede marcar una gran diferencia en la vida de un adolescente.

Desde la prevención temprana hasta la intervención en casos de consumo, este artículo te brindará herramientas prácticas basadas en experiencias reales para abordar este tema tan delicado pero necesario.

 

Cómo identificar el momento adecuado para hablar

Uno de los errores más comunes al abordar este tema es escoger un momento que resulta más conveniente para los adultos que para los adolescentes. A veces, forzar una "gran charla" puede generar incomodidad o rechazo. 

En lugar de ello, aprovecha momentos cotidianos, como una noticia en los medios o una situación en la escuela, para introducir el tema de manera natural.

Por ejemplo, si surge una conversación sobre algún caso conocido relacionado con las drogas, pregunta con curiosidad: “¿Tú qué opinas sobre esto?” Este enfoque no solo fomenta un diálogo abierto, sino que también permite conocer qué sabe o piensa tu hijo sobre el tema.

Factores de riesgo y señales de alerta en adolescentes
Es importante entender que el consumo de drogas rara vez ocurre de forma aislada. Factores como la presión social, problemas emocionales o entornos desafiantes pueden influir en la decisión de probar sustancias. Algunas señales que pueden indicar riesgos incluyen:

Cambios repentinos en el comportamiento.

  • Desinterés por actividades que antes disfrutaban.
     
  • Alteraciones en los hábitos de sueño o alimentación.
     
  • Problemas con el manejo del dinero o desaparición de objetos valiosos.

Aunque no es necesario conocer todos los detalles técnicos de cada sustancia, como padres debemos estar atentos a las actitudes que nos indiquen que “algo no está bien” y actuar desde la empatía en lugar de la confrontación.

 

Cómo establecer una comunicación efectiva: Empatía y confianza

El éxito de cualquier conversación sobre prevención de drogas depende de un factor clave: la confianza. Los adolescentes tienden a cerrarse cuando sienten que serán juzgados o castigados, por lo que es fundamental mantener una actitud comprensiva. 

En lugar de preguntar con tono acusador, intenta frases como:

  • “He notado algunos cambios y estoy preocupado. ¿Hay algo de lo que quieras hablar?”
     
  • “Sé que estas cosas son complicadas, pero estoy aquí para escucharte y ayudarte.”

Según nuestra experiencia, escuchar es más importante que hablar. Preguntas abiertas como “¿Qué opinas de las drogas?” pueden ser un excelente punto de partida para conocer las ideas y preocupaciones de tu hijo.

 

Enfoques preventivos: Fomentando hábitos saludables y objetivos personales

En lugar de centrar la conversación en lo negativo del consumo, enfócate en lo positivo de llevar una vida saludable. Según especialistas en salud adolescente, reforzar los valores, metas y objetivos personales puede desviar la atención de las drogas.

Por ejemplo, si tu hijo practica deportes, subraya cómo el consumo podría interferir en su rendimiento. Si tiene metas académicas o profesionales, refuérzale cómo hábitos saludables lo acercan a cumplirlas. 

En Mucho Mejor Sin destacamos la importancia de fomentar actividades que fortalezcan el desarrollo personal y el sentido de pertenencia a un grupo positivo.

 

Cómo abordar el tema si hay consumo presente

Si descubres que tu hijo ha probado drogas, evita reaccionar desde el enojo o la decepción. Aunque es natural sentir frustración, la clave está en reflexionar antes de actuar. En lugar de confrontarlo, intenta entender las razones detrás del consumo:

  • “¿Qué sentiste cuando lo hiciste?”
     
  • “¿Qué crees que te llevó a probarlo?”

Esta aproximación no solo promueve el diálogo, sino que también permite identificar posibles carencias emocionales o sociales que estén influyendo en su comportamiento. 

Si es necesario, busca apoyo profesional para abordar la situación con un enfoque adecuado.

 

Estrategias para mantener un entorno positivo y de apoyo

El hogar debe ser un espacio seguro donde los adolescentes se sientan escuchados y respetados. Aquí algunas estrategias clave:

  • Establece límites claros: Aunque los adolescentes necesitan libertad, también requieren límites que les brinden estructura y seguridad.
     
  • Refuerza el vínculo familiar: Las cenas familiares, actividades compartidas y el tiempo de calidad ayudan a fortalecer la relación y reducen el riesgo de consumo.
     
  • Sé un modelo a seguir: Predica con el ejemplo. Hablar sobre prevención pierde impacto si las acciones de los adultos contradicen el mensaje.
    Recuerda que, como se menciona en Mucho Mejor Sin, la prevención es un trabajo conjunto que incluye educación, apoyo y límites claros.

 

El rol del diálogo y la prevención en la salud adolescente

Hablar sobre las drogas con tu hijo no es solo una conversación, sino un proceso continuo de comunicación, empatía y aprendizaje mutuo. 

Si bien puede parecer un tema difícil, cada diálogo representa una oportunidad para fortalecer la relación con tu hijo y guiarlo hacia decisiones responsables.

Apóyate en recursos confiables como los que ofrece Mucho Mejor Sin y no dudes en buscar orientación profesional si lo consideras necesario. 

Recuerda: prevenir siempre será más efectivo que corregir, y el amor y la confianza son tus mejores aliados en este camino.

Y recuerda que este tema, como todos los que abordamos en terapia, son temas duros, son niños. Es muy difícil tener esta conversación y muchas veces tenemos que hacerlo, porque vemos que nuestros hijos se hacen mayores y se acercan más a ese mundo.

No dejes que ese momento llegue y abórdalo desde lo mas temprano que puedas.