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Comparativa de medicamentos para dejar de beber

Cuando uno decide dejar de beber, lo primero que suele pensar es en fuerza de voluntad, grupos de apoyo, o incluso dejarlo “a pelo”.

Pero la realidad es que hay medicamentos que pueden ayudarte, siempre y cuando estén recetados por un profesional, en el marco de una terapia de recuperación de adicciones o de tratamiento psiquiátrico y neurológico recetados por un profesional.

Y mucho cuidado, este es un articulo 100% por 100% informativo y no estamos de ninguna manera, recomendando ni recetando ningún medicamento.

Aquí os vamos a contar lo bueno, lo malo, y lo regular de los tres principales: Disulfiram, Naltrexona y Acamprosato. Sin rodeos, sin tecnicismos innecesarios, para que sepáis cuál puede encajar mejor con vuestro caso.

 

Así actúan los fármacos para tratar el alcoholismo

Antes de hablar de cada uno, hay que entender cómo funcionan. Porque no todos hacen lo mismo. 

Algunos te quitan las ganas de beber, otros te quitan el placer cuando bebes, y otros simplemente hacen que el cuerpo no se vuelva loco cuando le quitas el alcohol.

Estos medicamentos no hacen magia, pero sí ayudan a que el proceso no sea una tortura. Eso sí, nunca se deben tomar por tu cuenta, ni mezclarlos con alcohol o con otros medicamentos sin control médico.

“El alcohol tiene efectos sobre el sistema nervioso central, el hígado, el estómago y otros órganos… y muchos medicamentos también. Mezclar ambos puede tener consecuencias graves, incluso mortales. 

A veces la gente cree que beber una copa mientras toma algo para dormir, o un antibiótico, no pasa nada. Y sí que pasa, vaya que sí.”
 

Disulfiram: o lo dejas o lo pasas fatal

Este es el fármaco más radical de todos. Conocido como Antabus, el Disulfiram no te quita las ganas de beber, pero sí te castiga durísimo si lo haces

¿Cómo? Bloquea una enzima del hígado que metaboliza el alcohol. 

Así que, si bebes, el cuerpo no puede descomponerlo, y lo que pasa es que te pones malo como un perro: náuseas, vómitos, sudores, taquicardias… un infierno.

Es para gente que ya ha dejado de beber y quiere evitar recaídas a toda costa. Pero ojo, requiere compromiso, porque si un día decides tomarte una copa, lo vas a pagar. No es apto para todo el mundo.

 

Naltrexona: adiós al placer de beber

Aquí ya cambiamos de enfoque. La Naltrexona no te castiga si bebes, lo que hace es algo más sutil: bloquea los receptores de placer en el cerebro. Es decir, puedes beber, pero ya no lo disfrutas. Y eso, con el tiempo, hace que te de igual.

Este medicamento es ideal para personas que tienen altos niveles de craving, o sea, que les cuesta un mundo resistirse a una copa cuando la tienen delante. 

Se toma de forma diaria, y aunque tiene algunos efectos secundarios (como mareos o cansancio), en general se tolera bastante bien.

“La gente no se da cuenta del riesgo que hay al mezclar Naltrexona con ciertos medicamentos como benzodiacepinas o antidepresivos. Pueden provocar depresiones profundas, crisis de ansiedad o incluso sobredosis. Hay que tener cuidado con lo que uno toma.”
 

Acamprosato: estabilizar el coco tras el alcohol

Este es el más desconocido, pero tiene su lugar. El Acamprosato no afecta al placer ni te castiga por beber, sino que ayuda a que el cerebro se estabilice cuando ya has dejado el alcohol.

¿Por qué es útil? Porque el cerebro de alguien que ha bebido durante años está como una montaña rusa: falta de sueño, irritabilidad, ansiedad… El Acamprosato ayuda a reducir todo eso. Es ideal para mantener la abstinencia cuando ya se ha dejado de beber.

Medicamento¿Te castiga si bebes?¿Quita el placer?¿Ayuda al cerebro?¿Para quién es?
DisulfiramNoNoGente decidida a no beber más
NaltrexonaNoNoGente que lucha contra la tentación
AcamprosatoNoNoMantenimiento tras dejar el alcohol

Como veis, no hay uno mejor que otro, sino que depende del momento en que estés, de tu forma de beber, y de si tienes o no apoyo médico.

 

Efectos secundarios que no te van a contar

Todos estos fármacos tienen efectos secundarios. Algunos leves, otros más serios. Por ejemplo:

  • Disulfiram puede causar daño hepático si se toma mal o durante mucho tiempo.
     
  • Naltrexona puede provocar depresión o falta de motivación si se mezcla con antidepresivos o ansiolíticos.
     
  • Acamprosato puede dar diarrea o dolor de estómago, pero suele ser tolerable.
     

“Muchísima gente toma paracetamol o ibuprofeno pensando que no pasa nada si luego bebe una cerveza. Pero no saben que esto puede afectar al hígado de forma brutal. Lo mismo con antidepresivos, estatinas, o ansiolíticos. La mezcla con alcohol es peligrosa, siempre.”

 

¿Cuál es el que mejor funciona? Depende…

No hay una respuesta única. Para algunos, el Disulfiram es un freno absoluto. Para otros, lo que necesitan es dejar de sentir esa vocecita que les dice “una copita no pasa nada”, y ahí la Naltrexona es una maravilla. 

Y para quien ya está limpio pero tiene ansiedad o insomnio, el Acamprosato puede ser un salvavidas.

Lo importante es que no lo hagáis solos, y mucho menos sin control. Porque un mal uso puede hacer más daño que bien.

 

Mezclar alcohol con otros medicamentos: una bomba

Este punto merece un apartado propio porque mucha gente ni lo sabe ni se lo imagina. El alcohol puede interactuar con cientos de medicamentos, desde simples analgésicos hasta antidepresivos, ansiolíticos o antibióticos.

“El alcohol potencia el efecto de muchos medicamentos, lo cual puede llevar a sobredosis, caídas, pérdida de conciencia. También afecta al hígado, que es el encargado de eliminar los medicamentos del cuerpo. Si lo saturas, la toxicidad sube. Y eso es muy, muy peligroso.”

No se trata de demonizar el alcohol, se trata de que sepáis los riesgos reales.

 

Si estás decidido a dejarlo, busca ayuda profesional

Dejar de beber no es fácil, pero tampoco imposible. Lo importante es tener claro que no hace falta hacerlo solo. Hay opciones, hay fármacos, y hay profesionales que saben lo que hacen.

Si estáis pensando en dar el paso, desde aquí os recomendamos que lo hagáis bien. Podéis echarle un vistazo a MuchoMejorSin.com, donde ofrecen ayuda profesional, seria, y enfocada en resultados reales. 

Es mucho más fácil salir del alcohol cuando tienes a alguien que sabe por dónde tirar.