
¿Las adicciones son una enfermedad mental o física?
No es que un día alguien decida que quiere arruinar su vida y pierda el control de forma consciente. Todo empieza con una trampa biológica.
El cerebro recibe una dosis de placer mucho más intensa y rápida que la que obtendría de manera natural. Es como cambiar un río tranquilo por una catarata. De repente, el cerebro piensa: "¡Esto es increíble! Necesito más".
El problema es que, con el tiempo, la producción de dopamina se descontrola, el cerebro se adapta y empieza a necesitar cada vez más para sentir lo mismo.
Ahí es cuando la persona pierde el control. Ya no es solo un tema de voluntad: su cerebro ha sido reconfigurado para exigir esa sustancia o comportamiento.
Y lo peor es que, mientras el sistema de recompensa está en modo fiesta, otras áreas del cerebro dejan de funcionar correctamente. La corteza prefrontal, que es la encargada de la toma de decisiones, se debilita, lo que hace que el adicto pierda su capacidad de decir "no".
Por eso la adicción es una enfermedad. No es una simple mala decisión ni un capricho. Es un secuestro del cerebro.
¿Enfermedad mental o física? No hay blanco y negro
La adicción es un monstruo de muchas cabezas. Tiene elementos físicos y mentales que se mezclan hasta volverse inseparables.
1. El lado mental: Más allá de la sustancia
- Trastornos emocionales: Ansiedad, depresión, traumas pasados. Muchas personas usan las drogas o las conductas adictivas como un escape.
- La ilusión de control: "Yo lo dejo cuando quiera". Una de las mentiras más grandes que se repite un adicto es que sigue teniendo el control, cuando en realidad ya lo perdió.
- La negación y la distorsión de la realidad: La mente del adicto justifica todo. "Solo es un trago", "me lo merezco", "yo no soy como los demás".
Desde la experiencia en tratamientos de adicciones, es común ver cómo las personas llegan convencidas de que solo tienen un problema de consumo, pero cuando rascas un poco, salen a la luz problemas emocionales no resueltos.
El consumo no es la raíz del problema, sino la consecuencia.
"Mucha gente no se droga por placer, sino porque no sabe vivir sin sufrimiento. La droga se convierte en su único alivio temporal."
2. El lado físico: Cuando el cuerpo exige más
- Tolerancia: Se necesita cada vez más cantidad para sentir el mismo efecto.
- Síndrome de abstinencia: Cuando el cuerpo ya no recibe la sustancia, aparecen síntomas físicos como temblores, sudoración, insomnio o convulsiones.
- Daño cerebral: Sustancias como el cristal, la heroína o el fentanilo literalmente destruyen las neuronas y afectan la memoria, el juicio y la capacidad de autocontrol.
El deterioro físico es innegable. Muchos pacientes con adicciones severas sufren de daños neurológicos irreversibles, y en algunos casos, incluso después de años de sobriedad, el cerebro no vuelve a ser el mismo.
"Hay quienes logran dejar la sustancia, pero nunca recuperan por completo su capacidad de decisión y autocontrol. No se trata solo de dejar de consumir, sino de reparar el daño."
El Papel de la Familia y el Entorno: ¿Ayuda o Saboteo?
- Familias permisivas o facilitadoras: "Solo una copita, no pasa nada". La falta de límites en la infancia y la adolescencia puede ser un factor detonante.
- Ambientes de alta presión o violencia: Muchos adictos vienen de hogares donde el amor y el reconocimiento nunca estuvieron presentes.
- Falta de educación emocional: Nadie nos enseña a gestionar emociones.
Por eso, el tratamiento de una adicción no se trata solo del adicto, sino de todo su entorno. Si el ambiente sigue igual, si la familia sigue justificando, si no hay un cambio real, las probabilidades de recaída son altísimas.
¿Se puede salir de una adicción? Sí
Romper con una adicción no es solo dejar de consumir. Es cambiar la forma en que una persona vive, piensa y siente.
El tratamiento debe incluir:
- Intervención médica y psicológica: En algunos casos, la abstinencia sin supervisión puede ser peligrosa.
- Terapia: Es necesario trabajar los problemas emocionales que están detrás del consumo.
- Cambio de hábitos y entornos: La recuperación no se trata solo de dejar algo, sino de sustituirlo por algo mejor.
El verdadero reto no es dejar la sustancia o la conducta adictiva, sino aprender a vivir sin ella.
"La adicción no es solo un problema de consumo. Es un problema de cómo una persona se relaciona con el mundo, con sus emociones y consigo misma."
La adicción es una batalla compleja, pero no imposible
Decir que la adicción es solo mental o solo física es simplificar demasiado una realidad que es brutalmente compleja. Es una enfermedad del cerebro, del cuerpo y del alma, y salir de ella requiere mucho más que fuerza de voluntad.
Pero si algo hemos aprendido con los años es que la recuperación es posible. No es fácil, no es rápido, pero cuando una persona logra romper con la adicción, su vida cambia de formas que nunca imaginó.
No se trata de "volver a ser el de antes". Se trata de convertirse en alguien mejor.