Volver a: Inicio > Noticias

¿Por qué es importante validar tus emociones y experiencias cuando piensas en buscar ayuda para superar una adicción?

Hablar de lo que sentimos no siempre es sencillo, ¿verdad? Menos cuando estamos enfrentando algo tan delicado como una adicción. Muchas veces, aprendemos a ignorar o minimizar nuestras emociones porque creemos que son “demasiado” o que no valen la pena. Pero déjame decirte algo: lo que sientes tiene sentido. 

Todas las emociones que pasan por tu cabeza y tu corazón están ahí por una razón, y aceptarlas es el primer paso para empezar a sanar.

La validación emocional, eso de reconocer tus sentimientos sin criticarte, puede cambiar todo el proceso. Es como decirte a ti mismo: “Está bien que me sienta así. 

Esto no me define, pero me está mostrando algo importante.” Y aunque puede sonar simple, aprender a hacerlo puede marcar una diferencia enorme.

 

Cuando las emociones son demasiado, pero no las puedes ignorar

Si alguna vez te has sentido sobrepasado por tus emociones, sabes lo fácil que es querer apartarlas, como si no existieran. Quizá sientes culpa, vergüenza, o incluso tristeza profunda. Y es normal. 

Una adicción no solo afecta el cuerpo, sino también la forma en que vemos el mundo y cómo nos tratamos a nosotros mismos.

Pero aquí está la clave: lo que estás sintiendo no está mal. No hay emociones correctas o incorrectas. Todo lo que pasa por tu mente y corazón tiene un propósito, aunque no siempre sepamos cuál de inmediato. 

Aceptar esto no significa que te vas a quedar atrapado en esas emociones. Más bien, es un paso para darles un lugar, procesarlas y seguir adelante.

 

Validarte a ti mismo: una forma de fortalecerte desde adentro

Superar una adicción no es solo dejar de consumir algo. Es un proceso que requiere reconectarte contigo. Y una de las herramientas más poderosas que puedes usar es empezar a validar lo que sientes.

Imagina esto: en lugar de decirte “No debería sentirme así,” cambias el enfoque a algo como “Me siento mal, y es lógico porque estoy enfrentando algo difícil.” 

Este pequeño cambio en cómo te hablas puede transformar la manera en que enfrentas los retos. Empiezas a ser más amable contigo, a verte con más respeto, y eso te da la fuerza que necesitas para avanzar.

 

Cómo validar tus emociones en la vida diaria

Puede que no estés acostumbrado a esto, y está bien. Es algo que se aprende con el tiempo. Aquí hay algunos pasos que puedes seguir para empezar:

Reconoce lo que estás sintiendo: A veces solo necesitas detenerte un momento y ponerle un nombre a lo que pasa por tu mente. “Estoy frustrado,” “me siento solo,” o “estoy asustado.” Hazlo sin juzgarte.

Permítete sentirlo: Muchas veces, queremos que el malestar desaparezca de inmediato. Pero permitirte sentir lo que sea que estés atravesando es parte del proceso. No intentes arreglarlo enseguida, solo siéntelo.

Háblate como lo harías con un amigo querido: Si un amigo te dijera lo que estás sintiendo, ¿Qué le dirías? Probablemente algo como “Es normal que te sientas así. Esto no te hace menos valioso.” Date ese mismo apoyo.

Busca un lugar seguro para expresarte: Ya sea con alguien en quien confíes o escribiendo en un diario, encuentra una forma de soltar lo que llevas dentro. Hablarlo puede ser un alivio enorme.

 

Lo que pasa cuando no nos validamos

Cuando minimizamos lo que sentimos o lo ignoramos, terminamos desconectándonos de nosotros mismos. Es como si esas emociones no escuchadas empezaran a acumularse, y un día, estallan en forma de ansiedad, ira o tristeza profunda. 

Frases como “No debería ponerme así” o “Esto no es para tanto” parecen inofensivas, pero nos hacen mucho daño.

 

El impacto de la invalidación emocional

La invalidación emocional, especialmente si la has experimentado desde joven, puede generar una sensación de desconexión interna. Frases como "no te pongas así" o "no es para tanto" pueden parecer inofensivas, pero minan nuestra capacidad de confiar en lo que sentimos.

 Si no validamos nuestras emociones, podemos terminar ignorándolas hasta que exploten en formas de malestar físico o psicológico.

Es fundamental reconocer estos patrones y hacer el esfuerzo consciente de cambiar la narrativa. En lugar de ocultar tus emociones, trabaja en aceptarlas y comprenderlas. 

No estás exagerando ni siendo "demasiado sensible": estás viviendo tu experiencia, y eso es totalmente válido.


Pequeños pasos, grandes cambios

Aceptar lo que sientes no significa que estés de acuerdo con todo lo que pasa. No significa rendirse. Significa ser honesto contigo mismo y empezar a trabajar desde ahí. 

Cuando te das ese permiso, comienzas a ver las cosas de otra manera. Te das cuenta de que está bien no tenerlo todo bajo control, y que buscar ayuda no es una debilidad, sino una muestra de valentía.

Si estás aquí, leyendo esto, ya has dado un paso enorme. Ya estás buscando entenderte, mejorar y cuidar de ti mismo. Sigue adelante.

Para más recursos que te ayuden en este camino en Muchomejorsin tenemos por montón y siempre, puedes visitarnos cuando quieras ayuda. No estás solo en esto.