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¿Cuáles son las drogas más peligrosas del mundo?

Cuando hablamos de drogas, muchos piensan directamente en sustancias ilegales, pero la realidad es mucho más compleja. 

El ser humano lleva relacionándose con sustancias psicoactivas desde hace miles de años. 

De hecho, si nos ponemos estrictos, un medicamento ya es en sí una droga. Lo que convierte una sustancia en peligrosa no es solo su composición, sino el uso que le damos.

En este artículo os hablamos de cinco de las drogas más peligrosas del mundo, atendiendo a factores como su capacidad adictiva, los efectos secundarios, el deterioro físico o mental que generan, y también su presencia o uso en España.

Vamos a aclararlo de una vez, no son las más comunes, pero queremos crear consciencia y que entiendan 

 


¿Qué convierte a una droga en peligrosa realmente?

Antes de entrar en la lista, conviene entender bien por qué una droga puede ser un riesgo real para la salud. No todas afectan igual, ni todas enganchan del mismo modo. 

Una droga se considera peligrosa cuando:
 

  • Tiene un alto potencial adictivo, tanto físico como psicológico.
     

  • Sus efectos provocan deterioro físico o mental grave o irreversible.
     

  • Puede causar la muerte por sobredosis o daño orgánico con relativa facilidad.
     

  • Su uso afecta a la capacidad de juicio, voluntad o comportamiento de forma preocupante.
     

  • Su consumo es difícil de controlar, incluso cuando la persona sabe que le hace daño.
     

Y, sobre todo, hay que tener en cuenta el contexto. Una sustancia puede ser usada con fines médicos y ser segura bajo supervisión, pero convertirse en mortal si se usa por cuenta propia. Ese es el verdadero problema.

 


1. Shabu: metanfetamina pura con efectos extremos

El shabu es conocido como la “droga de los pobres” en varios países asiáticos, aunque su nombre técnico es metanfetamina en estado puro

Sus efectos son especialmente agresivos: puede mantener a una persona despierta durante tres días seguidos y luego dejarla durmiendo otros tantos, completamente destrozada física y mentalmente.

Al despertar, el bajón emocional es tan fuerte que muchos usuarios caen en una depresión severa.

 Su adicción es rápida, su coste es bajo y el impacto sobre el sistema nervioso es brutal. 

En España no es habitual en los circuitos callejeros, pero ha sido detectada en casos puntuales de tráfico internacional.

 


2. Crocodil: bajo coste, consecuencias brutales

El crocodil (o desomorfina) se considera una de las drogas más peligrosas que existen. Su atractivo es su precio ridículo, hasta tres veces más barata que la heroína. El problema es que se suele preparar de forma casera, a partir de codeína y sustancias como yodo, fósforo rojo o incluso productos de limpieza.

La mezcla no solo es tóxica, es devastadora. Los tejidos de la piel se destruyen desde el interior, provocando gangrena, necrosis y en muchos casos amputaciones

Se llama crocodil porque los daños que causa en la piel recuerdan a escamas o piel de reptil.

En España no se ha reportado su uso de forma significativa, pero sí se ha advertido desde organizaciones sanitarias por el riesgo de que llegue debido a su bajo coste y su efecto similar a la heroína.

 


3. Burundanga: una droga que elimina tu voluntad

Esta sustancia, técnicamente conocida como escopolamina, ha sido utilizada en delitos graves, especialmente en América Latina y en algunos casos también en España. 

Lo más peligroso de la burundanga no es que enganche, sino que anula la voluntad de la persona que la consume sin saberlo.

Hay reportes de víctimas que han vaciado cuentas bancarias o accedido a peticiones sin recordar absolutamente nada.

En nuestro país, el Ministerio del Interior ha registrado denuncias por su uso en contextos de abuso o robo, especialmente en zonas de ocio nocturno.

Aunque su uso no es masivo, el simple hecho de que pueda usarse como arma la convierte en una de las más preocupantes del panorama actual.

 


4. Estramonio: una planta común con efectos muy serios

El estramonio, también conocido como trompeta del diablo, es una planta alucinógena que puede encontrarse en muchos entornos rurales de España. 

Tiene una larga historia de uso tradicional por sus efectos psicoactivos, pero su consumo puede ser letal, especialmente si se mezcla con alcohol o con otras drogas.

En 2012, dos jóvenes de Getafe fallecieron tras consumir una infusión hecha con semillas de esta planta. 

El estramonio provoca delirios, confusión, taquicardias y alucinaciones muy intensas, y puede dejar secuelas permanentes en el sistema nervioso.

Es un claro ejemplo de que no todo lo natural es inofensivo, y que incluso plantas comunes pueden tener efectos dramáticos si se consumen sin control.

 


5. Jenkem: el caso más extremo

Este caso es especialmente desagradable, pero es real. 

El jenkem es una sustancia que se obtiene inhalando gases procedentes de heces humanas fermentadas. Nació en contextos de extrema pobreza, especialmente en algunas zonas de África, como una forma barata de evasión mental.

No es una droga en el sentido clásico, pero su consumo provoca alucinaciones y desconexión con la realidad

Aunque parece algo lejano, las redes sociales han contribuido a difundir curiosidades sobre este tipo de prácticas, por lo que conviene estar informados.

En España no se ha detectado como fenómeno, pero conocerlo sirve para reflexionar sobre los límites del consumo de sustancias cuando el entorno y la necesidad empujan al ser humano a buscar cualquier escape.

 


Drogas peligrosas en España: ¿hay que preocuparse?

En nuestro país, los informes del Plan Nacional sobre Drogas indican que las sustancias más problemáticas siguen siendo el alcohol, el cannabis, la cocaína y, en menor medida, las drogas sintéticas. 

También se han detectado casos puntuales de nuevas sustancias psicoactivas, muchas veces compradas por internet sin ningún control.

El verdadero problema no es solo lo que entra, sino lo que ya tenemos

La banalización del consumo, especialmente entre los más jóvenes, es algo que está creciendo. Y muchas veces el daño no se ve hasta que ya es demasiado tarde.

Por ello, en España hay una legislación muy importante contra la venta y distribución de drogas.

 


¿Y qué podéis hacer si sospecháis que alguien tiene un problema?

Hablar de drogas no es solo curiosidad, también es una forma de prevenir y actuar a tiempo.

Si sospecháis que alguien cercano puede estar teniendo problemas con alguna sustancia, lo mejor que podéis hacer es buscar ayuda profesional seria.

Existen servicios especializados que no solo informan, sino que acompañan en el proceso de dejar el consumo

Si os interesa, podéis echar un vistazo a muchomejorsin.com, donde trabajan precisamente con este enfoque: trato cercano, soluciones personalizadas y un objetivo claro, mejor sin.

 


Conclusión: Informarse es protegerse

Las drogas más peligrosas del mundo no siempre son las más conocidas. Algunas se presentan como experimentos, otras como formas de ocio “seguro”, pero todas tienen en común una cosa: pueden arruinarte la vida si no sabes lo que estás haciendo.

Conocerlas, hablar de ellas sin tapujos y entender sus efectos es la mejor manera de protegeros a vosotros mismos y a los que tenéis cerca. Porque la información es salud.

La prevención es clave para evitar la caer en la adicción.